Qué es y cómo tratar la depresión

¿Qué es la depresión y cómo reconocerla?

La depresión es un trastorno mental caracterizado fundamentalmente por la tristeza y el desánimo. Se asocia, además, con alteraciones físicas y cognitivas, ya que afecta al desarrollo funcional del paciente, así como a las relaciones sociales o al lenguaje.

El trastorno depresivo denominado mayor es el más frecuente, es a este al que nos referimos al hablar de depresión. Lo padecen en torno a un 7% de personas en el mundo, principalmente mujeres, y es tres veces más frecuente entre los 18 y 29 años, que en los mayores de 60 años.

Es, además, una de las patologías más frecuentes en las consultas de Atención Primaria y la primera causa de atención psiquiátrica y de discapacidad derivada de problemas mentales. No se conocen las causas, pero sí hay múltiples factores que pueden desencadenar la enfermedad.

El tratamiento con psicofármacos y/o psicoterapia, consiguen, en la mayoría de los casos, aliviar parcialmente o en su totalidad los síntomas. Una vez se han superado los síntomas de la depresión, conviene seguir bajo tratamiento el tiempo que estime un profesional médico para evitar posibles recaídas.

Antecedentes familiares

“Tener antecedentes familiares de primer grado multiplica por dos o hasta por cuatro el riesgo de padecer depresión respecto a la población general”, expresa el Dr Adrián Cano, de la Universidad de Navarra

Síntomas de la depresión

Muchos de los síntomas de una depresión pueden aparecer a lo largo de la vida y no por ello tenemos depresión. Para que esta se diagnostique, los síntomas deben tener cierta gravedad, como para alterar el funcionamiento previo del paciente. Algunos de los síntomas son:

Síntomas emocionales de la depresión

Las características principales de la depresión afectan al humor y son la tristeza patológica, apatía, desgana, pérdida de interés y la incapacidad de disfrutar, entre otros. Se experimentan sentimientos de inutilidad, culpa o incluso desesperanza. A veces, este estado de ánimo se puede mostrar como irritabilidad.

Síntomas relacionados con la actividad psicomotriz

La depresión también puede expresar síntomas a nivel psicomotor que se expresan como ralentización del discurso, de movimientos, pérdida del habla, postura encorvada, cansancio, fatiga, entre otros. Asimismo, puede aparecer una agitación psicomotriz.

Síntomas relacionados con la cognición

A nivel cognitivo, se aprecia una incapacidad para concentrarse, pensar o decidir pequeñas cuestiones. A veces, aparecen pensamientos de muerte suicidas o intentos de autolesión.

Síntomas que afectan a la función vegetativa

En ocasiones, la depresión se manifiesta a través de molestias físicas inespecíficas, también llamadas equivalentes depresivos. Dentro de este grupo se encuentran las cefaleas, pitidos en los oídos, sequedad de boca, molestias digestivas, mareos u otros síntomas neurológicos. También se altera la líbido y el sueño, en forma de insomnio o despertar precoz.

¿Tiene alguno de estos síntomas?

Si sospecha que padece alguno de los síntomas mencionados,
debe acudir para su diagnóstico a un especialista psicólogo y/o médico.

Tipos de depresión

Los trastornos depresivos pueden clasificarse en los siguientes tipos:

La depresión mayor. Como ya hemos mencionado antes, es la más común y aquella a la que nos referimos al hablar de depresión. Tiene un origen más biológico o endógeno, con un mayor componente genético y menor influencia de factores externos. Puede aparecer de manera recurrente y, en algunos casos, guarda una cierta relación con la estación del año.

Depresión reactiva. En este caso, es aquel trastorno causado por una mala adaptación a las circunstancias ambientales estresantes.

La distimia o neurosis depresiva. Esta se caracteriza por un cuadro depresivo de intensidad menor a los anteriores, de evolución crónica (más de dos años), sin periodos asintomáticos y con sentimientos de incapacidad y somatizaciones. Este último tipo, parece guardar relación con la forma de ser y el estrés prolongado.

Depresión enmascarada. En este caso, en vez de manifestarse con los síntomas ya referidos, aparece como molestias orgánicas -somatizaciones- o cambios en la conducta.

 

Causas de la depresión

No se conocen las causas exactas pero sí hay factores que pueden incidir en su aparición:

Las personas con familiares de primer grado deprimidos, pueden sufrir la enfermedad entre dos y cuatro veces más que la población general.

Los traumas de la infancia y el estrés.

Padecer otro trastorno depresivo o mental también aumentan el riesgo de padecer una depresión.

La disregulación de determinados neurotransmisores (serotonina, noradrenalina y dopamina) se considera también un factor asociado a la depresión.

Diagnóstico de la depresión

Encontrarse en un momento determinado más triste o con el estado de ánimo más bajo no es suficiente para un diagnóstico de depresión.

Para eso, es preciso que la intensidad de los síntomas, su duración sea prolongada en el tiempo y que los síntomas sean de una gravedad tal que alteren el funcionamiento previo del paciente.

Principalmente, el especialista emplea los siguientes métodos para el diagnóstico:

  • Entrevista diagnóstica
  • Descarte de enfermedad orgánica
  • Pruebas de psicodiagnóstico

¿Cómo se trata la depresión?

El tratamiento ideal de la depresión dependerá de las características específicas del subtipo de depresión y será, como siempre, personalizado. Por lo tanto, es fundamental una adecuada relación profesional psicólogo o medico y paciente. Principalmente, el tratamiento se compone de psicoterapia y farmacoterapia.

Con la psicoterapia, se ofrece seguridad, confianza, comprensión y apoyo emocional; se intentan corregir los pensamientos distorsionados; se explica el carácter temporal y se desdramatiza la situación; se consigue la participación del paciente en el proceso curativo y, por último, se enseña a prever las posibles recaídas.

Como tratamiento farmacológico se utilizan antidepresivos, ansiolíticos y otros fármacos coadyuvantes, como las hormonas tiroideas, el carbonato de litio o psicoestimulantes.

Por último, el tratamiento electroconvulsivo, que se realiza en algunas circunstancias, bajo control anestésico y miorrelajación. Es una técnica segura y sus efectos secundarios sobre la memoria son habitualmente leves y transitorios.  Es una técnica segura y sus efectos secundarios sobre la memoria son habitualmente leves y transitorios. Por razones operativas, económicas y socioculturales se reserva a indicaciones muy concretas.

INFO: CLINICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA

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