El suicidio en Uruguay
La Estrategia Nacional de Prevención del suicidio, elaborada tomando como referencia el Plan Nacional 2020-2027, tiene como principal objetivo “disminuir la incidencia de suicidio en Uruguay”. El MSP es la autoridad competente para su aplicación, pero los suicidios siguen en aumento y los objetivos no se cumplen. El incesante aumento de suicidios en nuestro país, ha pasado a ser alarmante y las autoridades no parecen advertirlo. La franja etaria que más preocupa es la de los 25 a 29 años, dijo el Dr. Agustín Menéndez, psicólogo, presidente de Pacientes Uy.
Faltan recursos
La psicóloga Susana Quagliata , integrante de la Comisión Honoraria de Prevención de Suicidio, enfatiza que hay mucho por hacer, pero faltan recursos para la atención en salud mental. “No hay casi psicólogos contratados y dependientes en el sistema nacional de salud, sino tercerizados”.
También es escasa la formación que hay en todas las áreas, agrega. Esto incluye a la psicología, la psiquiatría y otras disciplinas de la salud y de otras ciencias, que no tienen que ser estrictamente de la salud, cuando la ley de referencia establece que se “promoverá la capacitación y actualización permanente de los profesionales de los equipos interdisciplinarios de salud mental y de los equipos básicos de salud”.
La distribución de recursos se sigue destinando, dice la profesional, aún en contra de la recomendación de OMS, para los hospitales psiquiátricos, cuando existe una ley del 2017 que establece la necesidad de deconstruir el modelo asilar y desmanicomializar la atención en salud mental. Eso implica el cierre paulatino de las colonias y del Hospital Vilardebó.
Al respecto, el artículo 37 de la Ley Nº19529 de Salud mental dice: “(Desinstitucionalización).- Se impulsará la desinstitucionalización de las personas con trastorno mental, mediante un proceso progresivo de cierre de estructuras asilares y monovalentes, las que serán sustituidas por un sistema de estructuras alternativas.(…) Las estructuras alternativas no podrán reproducir las prácticas, métodos, procedimientos y dispositivos cuyo único objetivo sea el disciplinamiento, control, encierro y en general, cualquier otra restricción y privación de libertad de la persona que genere exclusión, alienación, pérdida de contacto social y afectación de las potencialidades individuales”.
Intentos aislados
En los medios de comunicación masiva de nuestro país no se habla de salud mental, a pesar de que casi dos personas por día pierden la vida. En otras naciones, el tema del suicidio ha pasado a ser asunto de estado. Aquí solo aparecen algunos intentos particulares de comunicadores o canales de tv, pero que no se sabe bien cuál es el sustento de sus afirmaciones. Como ejemplo, el empresario, presentador televisivo Juan Carlos López enfatiza: “La soledad hace bien”.
Por otro lado, una muestra de interés en el tema fue la actividad que se realiza desde hace más de 10 años por un colectivo que funciona en la zona oeste de la ciudad de Montevideo. Unas 300 personas marcharon el pasado viernes 22 de julio en el Cerro, en conmemoración del Día Nacional para la Prevención del Suicidio. La correcaminata «Estoy aquí», gestada por la Organización de Usuarios del Oeste, contó con el apoyo de la División Salud de la Intendencia de Montevideo.
La gente no quiere quitarse la vida sino dejar de sufrir
El Portal APU.uy, en contacto con Ricardo Larrañaga de la organización social Usuarios del Oeste y con Kail Márquez García del programa Apex de la Universidad de la República, expresaron la necesidad de que la gobernanza de todo lo que tiene que ver con el sistema Nacional de Salud, sea verdaderamente participativa.
Este colectivo, además de pertenecer a la Comisión asesora para la implementación de la ley 19.529, forma parte de la Mesa Local de Salud Mental que funciona en la zona oeste. Esta mesa está integrada además, por ASSE, Ministerio de Salud Pública, Intendencia de Montevideo e integrantes de Secundaria, entre otros. En esta actividad conmemorativa del día nacional para la prevención del suicidio, solamente se contó con el apoyo de la Intendencia, Apex, Red de primera infancia, UAM y el ISEF.
Larrañaga insiste en que hay que trabajar sobre el sufrimiento, sobre los factores de riesgo y desarrollar los factores protectores. «No tomamos la salud desde el lado médico hegemónico ni biologicista, sino la salud como buen vivir. Como aquello que se construye trabajando sobre los determinantes sociales. Quien no tiene una buena vivienda ni educación, no tiene salud. Es imprescindible acompañar “cuerpo a cuerpo” a la gente con intención suicida. Y en esta tarea de prevención que se realiza, el gran ausente es el brazo gubernamental.
La comunidad tiene mucho para aportar, pero necesita el apoyo del Estado. Para ser un estado más democrático, agrega Kail Márquez, la ampliación de derechos debe permitir a las personas formar parte y tomar decisiones sobre su buen vivir en comunidad. “Está faltando más cercanía. En el cambio de modelo de atención, las policlínicas deben tener personal, medicamentos y en lo que tiene que ver con salud mental específicamente, no debe haber listas de espera tan grandes”. Coincidiendo con los conceptos de la Dra. Quagliata, resalta que el índice de psicólogos y psiquiatras per capita en el oeste es una muestra de la cantidad de suicidios.
Ministerio de la soledad
En Japón se creó recientemente el Ministerio de la Soledad. La necesidad de confinarse durante la pandemia produjo nuevas condiciones laborales, familiares y sociales que intensificaron el desarrollo de patologías psiquiátricas como la depresión o la ansiedad, y muchas veces estas situaciones desembocaban en el suicidio. Frente a esta realidad, el gobierno nipón creó una nueva cartera para reducir las muertes, producidas en un preocupante contexto de envejecimiento demográfico. La principal tarea encomendada por el Primer Ministro es examinar en profundidad este fenómeno y presentar una estrategia integral. De igual forma actuó el Reino Unido en 2018, donde se consideró que la soledad afectaba a 9 millones de personas, el 13% de la población británica.
Informes publicados en 2017 daban cuenta de que la soledad es tan perjudicial para la salud como fumar 15 cigarrillos al día. Ambas naciones consideraron que la soledad era una secuela importante que había dejado la pandemia mundial y que era principal causa de suicidio. El 10 de octubre de 2020 durante la conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental, la Organización Panamericana de la Salud dio cuenta de datos alarmantes a nivel mundial: una persona se suicida en el mundo cada 40 segundos aproximadamente. En nuestro país hoy, es la segunda causa de muerte entre los adolescentes.
Mal entendido
En nuestro país, los grupos departamentales de prevención de suicidio existen desde el año 2014, a instancias del área programática de salud mental. Quagliata recalca que sigue habiendo una gran resistencia a la atención y un modelo que no es el establecido para la atención primaria, que hace énfasis justamente, en el primer nivel de atención.
«Los profesionales en este nivel deberían ser los captadores del riesgo, sin embargo, sigue prevaleciendo el modelo asistencial en salud y no el modelo preventivo que es lo que requiere la prevención del suicidio. Debe ser interinstitucional, intersectorial e interdisciplinar dado que el suicidio es un fenómeno social de anclaje individual».
Larrañaga apunta que no hay que esperar a que una persona tenga ideación suicida para recién actuar. El intento se presenta cuando el sufrimiento es muy grande. Y allí coincide con la doctora en que es fundamental tener un modelo de contención en el primer nivel de atención.
Solo para las cámaras
En lo que respecta a las autoridades sanitarias, aparecen en conferencia de prensa mostrando estadísticas y datos pasados, puntualmente cuando se conmemora el día nacional de prevención del suicidio, cada 17 de julio. Según la doctora Susana Quagliata, existe una falta de articulación entre el Sistema Nacional Integrado de Salud, los diferentes prestadores de salud y la descentralización a nivel del territorio nacional. “El acceso a la salud mental y las prestaciones psicoterapéuticas que deberían sobrevenir post intento de autoeliminación, es deficitario, no se implementa como debería”.
De lo proyectado no se habla. De resultados tampoco. Solo se muestran estadísticas que no hacen más que corroborar que sigue siendo un tema sin solución, que afecta cada vez a más uruguayos y que nadie decide ponerle el cascabel al gato, insistió la profesional.
Manos a la obra
La especialista en suicidios afirma que hay mucho por hacer en este campo. Y esto tiene que ver con cambios culturales, cambio de políticas estatales y aplicación de las medidas dictaminadas para la atención en salud en las poblaciones con mayor riesgo. Es preciso observar las sugerencias de la OMS y OPS. Las estadísticas actuales señalan que uno de cada cinco adolescentes menores de dieciocho años, va a padecer de depresión, incrementando el riesgo de suicidio cuando han sido víctima de abuso sexual o cuando se trata de población trans.
El cometido de la visualización de un tema que ha resultado tabú por mucho tiempo, es concientizar a todos los sectores de la población para tomar cartas en el asunto. Si las normas están pero no se cumplen, será misión del hombre de a pie, intervenir desde su lugar para tratar de revertir esta situación que es alarmante. Se nos está muriendo la gente. Mano con mano, hombro con hombro, entre todos, debemos estar atentos al menor indicio y actuar. Una mirada, una palabra, un apretón de mano, un «no estás solo» muchas veces puede hacer la diferencia.
TEXTO tomado de: https://psico.edu.uy/presencias-en-medios/el-suicidio-en-uruguay