Los gatos son animales fascinantes, expertos en no dejar indiferente a nadie con su simpatía y, sobre todo, con su peculiar comportamiento.
Son animales enigmáticos que suponen todo un misterio para las personas, tanto es así que se han convertido en las grandes estrellas de internet. En ocasiones se les acusa de ser menos expresivos o simpáticos que, por ejemplo, los perros, pero a pesar de esta fama suelen ser animales cariñosos, muy inteligentes y agradecidos y únicos.
Los gatos aparecieron en la Tierra antes que la mayoría de los actuales animales domésticos, sin embargo, han sido uno de los últimos en ser domesticados. Se cree que pudieron ser domesticados hace unos 10.000 años por los primeros agricultores de Oriente y que luego se extendieron a Europa.
A excepción de los recién nacidos, que también maúllan para comunicarse con sus madres, los adultos sólo maúllan para comunicarse con los seres humanos y son capaces de emitir más de 100 sonidos diferentes. Pueden hasta imitar el llanto de un bebé. Pero cada uno tiene uno propio maullido y ronroneo que le diferencia de los demás.
Y hablando de los seres humanos, para los gatos son unos meros compañeros de piso. Ellos se sienten los dueños de la casa en la que cohabitan con las personas.
Cuando un gato frota su cuerpo o cabeza con alguien o algo es porque está marcando su territorio.
Si un gato se pone boca arriba significa que tiene confianza con esa persona, ya que en esa posición no podría defenderse de un ataque.
Los gatos no sólo huelen con la nariz, también huelen con un órgano llamado de Jacobson situado entre la nariz y la garganta, en la parte superior de la boca. Por eso a veces se quedan con la boca abierta, así asimilan mejor los olores.
Por lo general el ronroneo puede significar tranquilidad, pero no siempre es así. También ronronean cuando están enfermos o asustados y lo hacen para tranquilizarse a sí mismos.
Pueden saltar una altura 7 veces superior a la suya. El gato que tiene el récord de la caída más grande no fatídica es Andy, que sobrevivió a una caída desde un decimosexto piso.
Pueden saludar rozando su nariz con las personas y también manteniendo la cola tensa en posición vertical.
Duermen entre 16 y 18 horas diarias, pero incluso dormidos, están siempre alerta a cualquier estímulo. Además, les gusta dormir con el dorsal apoyado en algo, así evitan que algo o alguien aparezca detrás de ellos.
Las personas que tienen gatos viven más, tienen menos estrés y menos ataques al corazón.
Por lo general los gatos les hacen más caso a las mujeres que a los hombres porque reaccionan mejor ante un tono de voz agudo.
El gato es uno de los pocos animales que camina y corre moviendo las patas delanteras y traseras del mismo lado. Además de ellos, sólo el camello y la jirafa tienen esta peculiaridad.
Cuando un gato se estresa se dedica a arañar objetos en posición vertical para así relajarse. Ese estiramiento activa su circulación y tonifica su cuerpo.
Los bigotes les sirven para medir las distancias y tienen un total de 24 agrupados de 4 en 4. Los mudan periódicamente y son terminaciones nerviosas que sirven como detectores del aire que, combinados con su sentido del olfato, contribuyen a agudizar la identificación de cualquier olor.
El cerebro de un gato se parece en un 90% al de un ser humano. De hecho, ambos tienen en su cerebro las mismas regiones dedicadas a las emociones.
Por todos es sabido que en el antiguo Egipto los gatos eran adorados, el rapto y la venta de ellos podía ser castigado con la muerte. Además, si el gato de una familia moría, sus dueños se afeitaban las cejas en señal de duelo.
Los gatos detestan los limones, la cebolla, el vinagre y prácticamente cualquier producto cítrico.
Algunos alimentos para humanos son tóxicos para los gatos, como por ejemplo el chocolate.
La dieta del gato debe contener cierta cantidad de grasa ya que su organismo no la produce de manera natural.