Los primeros premios de la convocatoria realizada por EVERYDAYSANJOSEUY fueron colaboradores en Instagram durante una semana cada uno de ellos. Estas fotos y el relato son fruto de la mencionada gestión, estando en manos de Agustina Saubaber, a quién puede encontrarse en Instagram como @a.saubaber.
Esta es la historia de Francisco, kiosquero de la Plaza 4 de Octubre de San José de Mayo.
“Yo hice los primeros años de escuela nada más. Siempre me gustó matemática. A los 17 años llevé contabilidad de un comercio, el dueño me enseñó cómo. En aquel entonces llevaba las libretas y hacíamos todo a mano. Acá (en el kiosco) hace 45 años que estoy, lo alquilé en el 73 y en el 76 lo compré. .Vengo todos los días del año, sin descanso, hay que trabajar permanente. Hago intervalos porque tengo a mi madre de 92 años gracias a dios, entonces por eso, y porque no tengo baño, tengo que salir constantemente.
Ahora en este momento dejé la bici, porque estoy bajo de peso, pero desde los 17 años,15km diarios hacía.. Mi vida ha sido siempre de trabajo. Pasé mucha miseria. A los 7 años empecé a hacer mandados en el barrio y ahí empecé a tener unos vintencitos para comer. Después venía de la escuela y acarreaba agua para los vecinos, antes habían unas pocas canillas, y ahí me daban a voluntad.Yo si fuera rico en este momento capaz que me enfermo, porque no conozco la riqueza, la pobreza la conozco de raíz. Fui guarda de ómnibus, trabajé en la carnicería, fui repartidor de diarios..en el diario “Aquí está” tuve empleados a mi cargo. Con muy poco conocimiento pero siempre con mucha convicción. Yo soy de tauro, lo que hacemos lo hacemos casi seguros..(ríe y llega el distribuidor de cigarrillos, es jueves 3 de enero) -Dejame 1 Nevada 20 y uno 10. Cuando venís ahora? El sábado? Pero vení eh! -Pero esta semana se empezó a trabajar hoy -Yo trabajé toda la semana… Como te decía, entonces mi vida ha sido siempre con mi madre, cuidándola y acompañándola. Ahora tiene problemas, a veces te pregunta lo mismo, pero camina y va por todos lados. Dios quiera que disfrute algo…unos añitos ahí (en el kiosco nuevo).Ella va a poder estar conmigo, va a hablar con uno con otro, se distrae. En el correr de los años me han robado 51 veces. Después de que me robaron (las última veces), todo lo que tengo es gracias a la gente.(Los periodistas) hicieron tomas de adentro, y eso me ayudó mucho porque la gente empezó a acercarse..de acá, de Ecilda, de Canelones, de Montevideo. El corazón mío iba a 90 por hora, era una emoción muy grande. No esperaba esa ayuda.”