Fernando Daniel Esteche Suárez nació en San José hace 47 años. Querido, respetado y reconocido por su vocación, su trabajo y profesionalismo, es un referente carnavalero en todo el país.
Fernando es murguista, libretista, cantante de la cuerda de bajos, compositor, profesor de Literatura. Sus letras las reconocemos todos al escucharlas por ahí… Son de esas que se tararean solas. De golpe salen de dentro nuestro y nunca supimos cómo fue que quedaron prendidas a nuestro corazón y cabeza. Fernando es un hacedor de contenidos llenos de poesía, pero también de humor y de crítica.
¿Cómo te autodefinís profesionalmente?
Antes que nada soy murguista, a la docencia llegué después, a partir de allí. Gracias a los amigos que me decían ‘tenés que hacer algo vinculado a las letras’.
La doble participación que tenés en la murga como libretista y cantante te fascina. ¿Y cómo llegaste hasta ahí?
A ser libretista llegué casi de casualidad, por una necesidad de la barra. Nunca han abundado los letristas de murga y ante la carencia, el primero que se animó a agarrar una lapicera fui yo y después eso queda instalado, queda el espacio grabado así. Pero lo que yo quería era cantar, luego vino lo de los textos.
¿Tomaste como inspiradores a libretistas de antaño?
Los libretistas de murgas han evolucionado mucho. Si bien yo soy un enamorado de los viejos libretistas, de los temas de Eduardo Gamero, Carlos Modernel, me parece que los letristas hoy manejan ciertos códigos que antes no se manejaban, que tienen que ver con la escena, con lo que es la murga moderna hoy.
¿Podríamos decir que tu escuela murguera fueron `Los Rebeldes`?
Sí, ha sido mi escuela en materia de murgas. Allí estuve 12 años. Mientras hacía el IPA y durante 3 años fui libretista de `La soñada`, una murga que quiero mucho porque es de un contexto complicado, del barrio Borro de Montevideo. Me invitaron, probé y me encantó pasar por ahí.
En la Soñada Fernando consiguió el reconocimiento a mejor cuplé. Después pasó a `A Contramano`, donde permaneció 8 años. Esos años se sucedieron premios y reconocimientos. Con a Contramano obtuvo dos veces el 1er premio (2009 y 2010) en los rubros de mejores letras y libretistas.
¿Había en tu familia pedigrí murguero?
Arranqué en la murga cuando era adolescente, porque me encantaba el sonido de la murga. Rarísimo, porque en casa nada que ver con murga, no hay antecedentes familiares de eso. Cómo fue ocupando un lugar la murga en mi vida, no tengo ni idea por qué pasó… fue un amor a primera vista. Cuando tenía 16 años fui a probarme en la murga y quedé, en la del barrio. Soy del Roberto Mariano y existe una tradición carnavalera importante allí, siempre salieron murgas y comparsas. Yo desde mi casa las escuchaba ensayar en el Salón del barrio y un día me arrimé. Y llevé a los compañeros de clase. Los invité. Unos cuantos quedaron cantando y haciendo carnaval. Les agradezco mucho a mis viejos porque cuando empecé con esto de escribir y las murgas nunca pusieron escollos. Al contrario, empecé a recibir una cantidad de material -de mi vieja sobretodo, que me regalaba casetes y discos cuando tenía las posibilidades económicas-. Así conocí la discografía carnavalera que existía hace 30 años, era muy elmental. No pasaba de un par de discos de Omar Romano y los del Altillo. Y después sí comenzaron a salir Araca La Cana y tres o cuatro murgas más a grabar, como Falta y Resto, por los 80`.
Te has tomado la murga muy en serio. Sos un profesional. Eso es amor también…
Siempre fue muy seria mi relación con la murga, siempre tomé muy en serio este trato y gracias a Dios después me encontré con una cantidad de amigos, compinches, a los que también les interesaba la murga. Desde ahí empezamos a rodar juntos con Los Rebeldes para Carnaval y fuera de Carnaval. Lo más importante de todo eso fue haberme cruzado con ese grupo de gente que se convirtieron en mis compañeros de viaje en la vida. Soy lo que soy también gracias a ellos. Haber llegado al género y haberme encontrado con toda esa gente fue realmente motivador. Soy socio de Agadu desde muy chiquito con los temas inéditos
¿Uno escribe según lo que le piden o escribe lo que siente?
Creo que es un poco de las dos cosas. Uno no puede escribir lo que no siente porque sería un hipócrita, pero siempre conversa con el resto de los compañeros para que haya una identificación colectiva y la letra no sea solamente el letrista. Por eso es muy importante la honestidad a la hora de escribir, la identificación con el colectivo, con el grupo. Es fundamental el respeto al género, a la gente que está adelante.
¿Cómo se elabora un texto de murgas?
Los libretistas nos manejamos generalmente con músicas preestablecidas. Hay dos maneras de encarar un texto de murga. Teniendo en cuenta una música, considerada de antemano, eso es muy común, una especie de plagio permitido. Agarrás una música que está sonando, le cambiás el texto y la gente inmediatamente se da cuenta que vos le cambiaste la letra para una música que se adecúa a lo que querés decir. La otra es plantear temas inéditos, letra y música inédita. Ahí necesitás que la barra que está trabajando en la parte creativa tenga más conocimientos musicales, porque ya no es repetir una estructura musical, sino crearla. Esa es la forma como se construye, se confecciona un texto de murga.
¿Y los tiempos? ¿Pasas todo el año escribiendo o nunca dejás de escribir? Porque en las letras se nota claramente el rescate de lo más destacado del año…
En cuanto a los tiempos que tenés para escribir, todos usamos tiempos distintos. Yo como soy muy vago generalmente espero a último momento para escribir. Con el tiempo llegué a lo sumo a andar con una libretita en la mochila o campera, para ir anotando algunos temas que me parecía que luego iba a olvidar. Alguna ocurrencia la voy anotando ahí. Después veo si ese tema todavía está en la memoria de la gente y vale la pena tocarlo, lo considero. Ya sea para una estructura de salpicón o cuplé, o queda pendiente. Generalmente los libretistas tratan de ir recolectando información durante el año para que los temas que sobreviven al tiempo puedan ser utilizados en el repertorio.
¿Y tenés libertad absoluta al escribir, o un poco o un mucho te dicen lo qué tenés que decir?
En cuanto a la libertad temática y para decir, las murgas son formadoras de opinión, cumplen dentro de la sociedad un rol importante. Primero por su llegada masiva y porque el género ha evolucionado mucho y está instalado prácticamente en nuestra sociedad. Es parte de nuestra cultura, es tal vez el más genuino de los géneros, con más de 100 años de historia. Todo lo que una murga dice tiene una repercusión importante. Entonces generalmente el entorno en el que se maneja trata de influenciarla. Vos no vivís en una burbuja y las murgas se manejan con las influencias que le son naturales. Hay murgas que son de izquierda, otras son más neutras o no toman partido, que son las menos, obviamente.
Foto: carnavaldeluruguay.com