María Del Carmen Peña Álvarez, alias “La Princesita del Fútbol” tiene 30 años hoy. Es oriunda de San José De Mayo, hermana de Marcos. Con su padre no tuvo trato, cuenta. Fue a la Escuela 50 y a los Liceos 2 y 1. De allí en adelante continuó los estudios en escuelas privadas y UTU: quinesiología, masajes, prevención de lesiones, se cuentan como parte de sus especializaciones. Vive sola. Trabaja en el Gimnasio Vital desde el año 2012 y dirige el equipo de fútbol femenino de Oriental de Villa Rodríguez desde 2018. “Me gustaba el profesorado de educación física hasta que después llegué a un punto que dije `no`. Me tocó operarme de las dos rodillas, los cruzados, y después de la rehabilitación me gustó más inclinarme para el lado de recuperar a una persona”. María es técnica en musculación. Vocacionalmente la docencia del deporte también es lo suyo.
Entrevista: Mariana Rabinovich López. Junio 2019.
¿Cómo es dirigir un Club Femenino en una pequeña ciudad de pocos miles de habitantes? Oriental femenino de la ciudad de Rodríguez es primera división. Va desde los 16 años en adelante. También las preparo físicamente. Este club se ha mantenido, que es importante. Siempre hay que estar cinchando. Es el único club de un pueblo chico que se mantiene vigente. No es fácil para nada.
El fútbol femenino conlleva mayor sacrificio y trabajo que el de varones, para poder practicar y en todos los aspectos.
Sí, absolutamente, para ellos es mucho más fácil todo. Lo nuestro siempre ha sido a pulmón. La evolución del fútbol femenino es buena, hay cada vez más presencia, más clubes, etc. Pero sigue más o menos igual cómo es llevado adelante. El tema económico es un problemón. Algunas empresas apoyan pero nunca es suficiente. Hay que aburrir a la gente a rifas, vender comida, de todo. Recuerdo cuando yo jugaba acá en San José de niña con Norma Arnejo, juntábamos alambres y botellas, para pagar el gasto de ir a jugar. Miramar Misiones por ejemplo, Montevideo, es un Club de primera división, pero las chiquilinas van por los semáforos juntando monedas con alcancías. Eso sucede ahora. Vamos creciendo sí, pero a pulmón.
¿Sos la primer niña que jugó al fútbol con varones en San José?
Sí. En el año 2001. Mónica Álvarez que era la entrenadora en Nacional, empezó a buscar y vió que nada decía que una niña no podía jugar con varones. Me lo propuso y dije que sí. Mi madre me apoyó. Tenía 10 años. Fueron dos años que hice en Nacional, luego pasé a Fútbol 11. Ya estaba Norma Arnejo con Nacional. Al otro año se sumó Romina Guerra en Independiente y Eliana Arechichú en San Lorenzo. Se empezó a ver una por club. Ahora creo que se ve una por categoría.
Y seguiste otro rumbo luego, interdepartamental.
Me fui a Colonia con 17 años. Primero me rompí una rodilla acá. Me fui a Rampla y me rompí la otra rodilla. Pensé que no iba a jugar más. Estuve un año y medio entregada, un día tenía ganas y otro no. Finalmente me operé. Una rodilla me llevó 8 meses, en cuanto terminé me tenía que operar la otra. En tanto me fui haciendo amiga de un grupo de gente bárbaro en Colonia que me permitió sumarme a los entrenamientos entre una operación y otra. Fue en el 2012. Y cuando me recuperé bien seguí jugando en Colonia, porque el grupo también estuvo genial, me ayudaron muchísimo a dejar atrás la recuperación. Hasta 2018 jugué allá y entonces tuve que dejar para dirigir Oriental. Estaba ya más cansada de viajar tanto, no me daban los tiempos con el trabajo y el estudio.
Y con tu regreso a San José como jugadora, aparece el proyecto “San José Fútbol Club”, gran desafío.
Sí, empezamos en verano con la idea de competir en AUF. Entramos en segunda división, armamos un proyecto, lo presentamos en la intendencia, cumplimos con todos los requisitos. Nos sentamos con Hugo Méndez para que nos explicara sobre personería jurídica y todo lo demás. Nos dijo todos los pasos, fue una experiencia espectacular. En Marzo AUF nos aceptó y le dimos para adelante. Lo armamos con chiquilinas que tienen condiciones para jugar a ese nivel pero de repente no pueden ir o no quieren ir hasta Montevideo porque es complicado. No es fácil estudiando y trabajando, nadie cobra por jugar. Entonces se pierde la posibilidad de irse. Creímos en el grupo. En jugadoras como Arechichú. María González, y muchas más. Ahí vamos, bien. Y la idea es comprometernos todas con el Club, para desarrollarlo. Practicamos en el Parque y la Cancha de Tito Borjas. Nos entrena Claudio Peraza y Santiago Gadea es el preparador físico.
¿Cómo te sentís en relación al fútbol femenino en el país y en San José? ¿La gente apoya? ¿Las autoridades ayudan o ponen palos en la rueda; las ignoran o las tienen en cuenta? ¿Siempre a la sombra de los varones?
Dos días te sentís bien y el otro más o menos, porque siempre hay alguna pálida. Y sí, a la sombra de los varones. De repente hacés un esfuerzo tremendo para entrenar, cambiás horarios de trabajo, etc. Y llegás a la cancha y te dejaron un pedazito de 5 metros porque en la cancha están los hombres. No hay igualdad, no la hay. Incluso es por obligaciones de Fifa y Conmebol que nos dan algún espacio, porque los obligan. Hoy en día si un Club quiere competir en una copa internacional tiene que tener femenino, así se armaron muchos cuadros. Es obligación. El Club que no lo tiene no juega. Siempre nos pasa que querés hacer un partido y tenés que preguntar cuándo está la cancha, no tenés derecho a pedir “quiero jugar el domingo a las 3 de la tarde”. Es antes o después de ellos. Siempre, esperar por ellos. Nosotras sentimos lo mismo que siente un hombre cuando jugamos, las ganas de hacer un gol, de ganar un campeonato. Pero es desigual. Muy.
De todos modos damos pelea! Cuáles serían los pasos futuros por este proyecto?
Tener un club propio sería maravilloso, genial. Cuando arrancamos eran palos de todos lados y sin embargo, acá estamos. Incluso se han armado más cuadros. La gente apostaba una manta y casilleros de cerveza a que no salía lo de nuestro cuadro. Muchas jugadoras con condiciones se dejaron llevar por eso. Les decíamos: “mirá que tenemos el Estadio, el apoyo del gobierno para jugar y algunas empresas!”. Pero no lo creían… y sin embargo así fue. Todas se pueden sumar. Tenés que hacer fichaje pero se puede hacer, las puertas están abiertas. Practicamos 1:45, 3 o 4 veces a la semana. Y las esperamos!