“Sólo los que intentan cosas absurdas son capaces de lograr cosas imposibles.” Don Miguel de Unamuno.
EDITORIAL. Julio 2019.
A la “Gran Democracia del Norte”, los Estados Unidos de América, se les admira tanto como se les teme. Se les quiere, pero más se les odia. Se les toma como ejemplo de todo lo bueno y de todo lo malo. Pero es punto de referencia ineludible para pensar en posibles futuros.
Allí, en el corazón del imperio, ¿quién habla de socialismo democrático contra la oligarquía y el autoritarismo? ‘Bernie’ Sanders lo hace. Bernard Sanders es un político estadounidense y Senador de los Estados Unidos por el estado de Vermont. Fue candidato en las elecciones primarias del Partido Demócrata para las elecciones presidenciales de 2016 en dicho país. Perdió contra Hillary Clinton y ahora, con 77 años, está nuevamente en campaña. Este Senador demócrata que se define como socialista en los EE.UU., interpela la realidad cuestionando los grados de ‘libertad’ de los que supuestamente goza su país.
Lo hace a través de una batería de interrogantes muy bien pensadas que nacen de la realidad misma que observa. Esas interrogantes son: “¿Eres realmente libre si no puedes ir al médico cuando estás enfermo o si te enfrentas a una quiebra financiera cuando sales del hospital?” “¿Eres realmente libre si no puedes pagar las medicinas recetadas que necesitas para seguir viviendo?” “¿Eres realmente libre cuando gastas la mitad de tus limitados ingresos en vivienda y te ves obligado a pedir dinero prestado a una agencia de crédito -según tu salario- a una tasa de interés del 200%?” “¿Eres realmente libre si tienes setenta años y te ves obligado a trabajar porque no tienes una pensión o no tienes suficiente dinero para jubilarte?” “¿Eres realmente libre si no puedes ir a la universidad o a una escuela de formación profesional porque tu familia no tiene los ingresos necesarios?” “¿Eres realmente libre si te obligan a trabajar sesenta u ochenta horas a la semana porque no puedes encontrar un trabajo que pague un salario digno?” “¿Eres realmente libre si eres madre o padre con un recién nacido, pero estás obligado a volver a trabajar inmediatamente después del nacimiento porque no tienes un permiso familiar pagado?” “¿Eres realmente libre si eres propietario de una pequeña empresa o agricultor familiar que tiene que cerrar por las prácticas monopólicas de las grandes empresas?” “¿Eres realmente libre si eres un veterano que arriesgó su vida para defender este país y ahora estás durmiendo en la calle?”
Bernie Sanders declara: “Hoy en día, propongo completar el trabajo inacabado de Franklin Roosevelt y el Partido Demócrata, haciendo valer una declaración de los derechos económicos del siglo XXI. Ello significa el derecho a un trabajo con un salario decente; el derecho a la seguridad social; el derecho a una educación de calidad; el derecho a una vivienda asequible; el derecho a un medio ambiente limpio; y el derecho a una jubilación garantizada.”
Hay grados de libertad y situaciones variadas según países y sistemas. Cuando vemos hasta dónde los cuestionamientos de Sanders a las libertades que realmente disfrutan sus coterráneos, muestran una realidad cruda y cruel, no podemos menos que comparar. Esto lo dice un candidato a la Presidencia de Estados Unidos; no da lugar a dudas maliciosas. Sí, podemos comparar con nuestra pequeña realidad. También podemos sentirnos orgullosos de lo que hemos logrado, de lo que ya tenemos. Aunque socialmente falte mucho todavía.
También debemos sentirnos satisfechos al pensar en todo lo que todavía podemos mejorar nuestras realidades cotidianas. Para que –aunque suene a slogan de campaña- “Los más infelices sean (realmente) los más privilegiados”, como dijo Artigas. Para que –de una vez por todas- “Naides sea más que naides”, como lo quiso Aparicio.
Y para que no pase al olvido lo que pregonó Don “Pepe”: “Es necesario que los pobres vivan mejor, que sean felices, que no tengan para ellos solamente la tarea, en tanto para los demás queda el bienestar. Es eso lo que deben hacer los gobiernos.”
Caricatura: Raúl Curbelo Belén.