“… Algunos fuegos (…) arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende”. De El libro de los Abrazos, Eduardo Galeano.
DEDICADO A CAROLINA DIANA, queridísima Nenusa.Escribe: Mariana Rabinovich. Mayo 2019.
En la vida todos atravesamos situaciones que nos conducen a callejones sin salida. En ocasiones, quedamos tan colgados de algo, que no vemos posible el cambio -o eso nos parece-. Nos auto convencemos o nos dejamos convencer. Sin cambio no podemos continuar.
Los laberintos humanos repiten las mismas historias. El mismo problema al que la damos una y otra vez una misma respuesta, actuando de idéntica forma, pese a saber y tenar comprobado que con esa tozuda intención no solucionamos nada. ¿Por qué nos sucede esto?
Porque cambiar en ocasiones duele y porque tememos a ese cambio que implica necesariamente una opción desconocida. Entonces repetimos y repetimos, nos enredamos en las mallas de nuestros problemas –compartidos, muchas veces-, y actuamos neciamente. La vieja y querida “neurosis” psicoanalítica. Creí que reflexionar sobre este tema resultaría una propuesta interesante para el Editorial de este número de CON SENTIDO, porque el periódico entero, sin planearlo previamente, quedó atravesado por esa idea: CAMBIAR. Una idea de la que en términos generales he sido hincha siempre. Avanzando desde las dimensiones más personales de la necesidad de cambio, hacia otras más globales, nos enfrentamos como Humanidad al peligro de Extinción.
Es así aunque no lo queramos ver, aunque lo neguemos, aunque cerremos los ojos y vayamos simplemente pasando los días sin pensar. La horrorosa e inaceptable verdad, es que hoy día un millón de especies están en peligro de extinción. Con ellas nosotros, los humanos, responsables del desastre.
Hemos puesto al planeta al borde de la muerte. Si fuera un cuerpo humano, en coma. Así, realmente el planteo es: ¿Cambio o Extinción?
Odio los libros de autoayuda; respeto a quienes los escriben, a quienes los leen, pero me caen mal. Así que espero que estas palabras no tomen ese cariz. Pero es necesario estar dispuesto a cambiar y reflexionar. A compartir estos pensamientos, para aportar un granito. La solución nueva ante el problema de subsistencia planetaria es sólo posible si actuamos todos. Juntos provoquemos el “Efecto Mariposa” imprescindible para salvar el mundo que habitarán nuestros nietos. Esa es la única respuesta posible. Qué miedo… Implica tener Fe en la Humanidad. Y trabajar en grupo, desde lo social, desde lo político, y etcéteras. Existe la teoría del sentido lógico e ilógico de los cambios. ¿Quién, siguiendo un sentido lógico, no ha sufrido la frustrante experiencia de ver que las cosas iban de mal en peor? Y paradójicamente, ¿quién no ha experimentado el cuasi mágico instante en que surge un cambio ilógico, absolutamente sorprendente, en una situación tan bloqueada que una salida parecía imposible?
Todo cambio global precisa cambios menores que lo antecedan, lo nutran y sostengan. Que lo provoquen: con los pequeños, conducir a los grandes. Enfrentemos entonces el problema; los problemas. Pero ya. Vayamos desde lo puntual, como un miedo o la incomunicación de algo no dicho. Centrémonos en la totalidad de la vida.
No seamos tan ciegos, tan mezquinos. Tan soberbios en nuestra pequeñez.